- Esta es la historia de una ‘profe’ de matemáticas que pasó de no saber nada sobre aves a tener un semillero de avistamiento en la Institución Educativa de San Juan de Arama.
- El semillero lleva por nombre “Abre tus Alas”, y se caracteriza por la diversión y la buena onda que le ponen los cerca de 80 niños y jóvenes que lo integran.
- El camino no ha sido fácil, pero con el apoyo de entidades como el Programa REM Visión Amazonía y la Corporación Natupaz, “Abre tus Alas” cuenta con mejores recursos y está literalmente quitándole jóvenes a la guerra en el departamento del Meta.
Noticia publicada por Visión Amazonía.
Agosto de 2022. Yboni Hurtado todavía recuerda entre risas la primera vez que la convocaron a una actividad de avistamiento de aves. “¡Pensaba que la idea era ver gallinas! ¡Ahora le pagan a la gente por eso!”, fue su primer pensamiento.
Sin embargo, la actividad le cambió la vida a esta profesora de matemáticas de la Institución Educativa de San Juan de Arama, un municipio ubicado en el Meta. Tanto así que, a pesar de la distancia disciplinar, decidió embarcarse en la aventura de liderar, con los chicos del colegio, un semillero de avistamiento de aves llamado “Abre tus Alas”.
La experiencia ha servido para inculcar en niños y jóvenes el amor por la naturaleza de una manera muy divertida. Por eso, la falta de implementos no fue un problema al inicio del proyecto, pues todo se solucionaba con actitud y buena onda.
Precisamente por eso, el semillero siguió creciendo y los recursos, poco a poco, fueron llegando.
“Primero nos apoyó Colciencias, que nos dio una guía para el avistamiento de aves y unos binoculares. ¡Nos emocionamos mucho cuando por fin pudimos ver muy de cerca a las aves!”, recuerda la ‘profe’, como cariñosamente le dicen los estudiantes.
Posteriormente, llegó un aporte que fue fundamental para la consolidación del semillero: el que presta Visión Amazonía a través de la Corporación Natupaz.
“Ese acompañamiento nos permitió ponernos en contacto con la señora Marisol Montealegre, que administra La Resevera, una finca en la que se hace ecoturismo y que también cuenta con la ayuda de Visión Amazonía y Natupaz. Esto nos permitió hacer avistamiento en La Resevera, además de recibir capacitaciones, camisetas, gorras y apoyo logístico para nuestro semillero”, comenta Yvoni con alegría.
Aprender jugando
Uno de los momentos más emotivos para el Semillero “Abre tus Alas” sucedió en diciembre pasado, cuando, tras dos años de inactividad por pandemia, se retomó la iniciativa con una capacitación a cargo de Visión Amazonía.
“Vino un biólogo que nos explicó de una manera muy bonita cómo apreciar las aves. Usó herramientas didácticas con los niños y, sin duda, esto los motivó a retomar el proyecto con toda, como dicen los chicos”, destaca Yvoni.
Ese impulso se ha traducido en un trabajo cada vez más articulado, que ha permitido integrar tanto a los niños de primaria como a los jóvenes de bachillerato, muchos de los cuales pertenecen a la Media Técnica de Turismo.
De hecho, al día de hoy, el semillero está integrado por 40 niños de primaria, 25 de media técnica y 14 de grado undécimo. Esto, además, ha contribuido a desarrollar un gran sentido de responsabilidad en los mayores, pues son los mentores de los más chicos.
No todos desarrollan las actividades juntos, pues el aviturismo precisa de grupos pequeños. Para sortear esto, se separan en grupos y se coordinan por medio de unos radioteléfonos.
La unidad del grupo ha sido también que, cada vez, se desarrollan más actividades además de las salidas de campo que demuestran que el amor por la naturaleza se puede adquirir jugando.
Por ejemplo, se han hecho talleres para identificar los tipos de plumas, picos y patas, y se han desarrollado herramientas didácticas como triquis y rompecabezas para generar conciencia sobre el cambio climático y la importancia de cuidar el medioambiente.
Los jóvenes toman las riendas de San Juan de Arama
Mirando hacia atrás, la ‘profe’ recuerda con mucha gratitud la experiencia: “A pesar de las limitaciones, ha sido un proyecto muy bonito. La educación ambiental es súper importante desde los niños, porque se les enseña el amor y el respeto por la naturaleza. Aprenden que no deben talar, botar basura por ahí, ni tener aves prisioneras, pues estas son fundamentales para el ecosistema”, dice Yvoni.
Lo anterior es clave para la docente no solo por la necesidad de cuidar el mundo que se va a legar a las nuevas generaciones, sino también por la riqueza natural de San Juan de Arama, que está haciendo de este territorio un lugar importante para el desarrollo del ecoturismo.
“Es primordial motivar estas actividades para que se conviertan más en fuentes de trabajo para los jóvenes y sus familias. Estos chicos pueden ayudar mucho al municipio; es más, algunos ya se han graduado del colegio y se han convertido en guías turísticos. Por eso, estamos llenos de disposición para seguir fomentando este tipo de iniciativas que fortalezcan el amor por la naturaleza y su uso responsable”, explica la profesora de la Institución Educativa de San Juan de Arama.