- Visión Amazonía, programa del Minambiente que busca reducir la deforestación en la Amazonía y que promueve un modelo de desarrollo forestal amigable con el medio ambiente, apoya el turismo de naturaleza para que fincas como las de Diego sean
Noticia publicada por Visión Amazonía.
San José del Guaviare, 25 de mayo de 2022 -MADS-. La bienvenida que tuvo Diego Duque a su regreso a San José del Guaviare —la tierra donde nació y que lo vio partir hacia Bogotá hace unos 10 años— no fue para nada amena.
Un incendio de grandes proporciones amenazaba con volver cenizas el terreno de sus padres —la finca Cheyenne, de 180 hectáreas y ubicada en proximidades a la Serranía de La Lindosa— junto con todos los sueños e ilusiones que lo trajeron de vuelta a la región amazónica colombiana.
Valiéndose de picos, palas y cantidades reducidas de agua, Duque y la comunidad aledaña evitaron que la conflagración se extendiera, hasta que el Cuerpo de Bomberos logró arribar a la zona y extinguió el incendio.
Diego relata que, si bien el fuego terminó afectando gran parte de la finca de sus progenitores, “este episodio despertó en mí la fuerza para seguir trabajando por mi tierra, buscando mis raíces, encontrándome a mí mismo y con ganas de poner en marcha proyectos que aporten al medioambiente. Ver la naturaleza consumida por un incendio, no solo aquí, sino en muchos lugares de la Amazonía, es un llamado a que trabajemos por la conservación, de una vez por todas”.
Luego de una década en la capital formándose como profesional, este joven, recién llegado, tuvo que enfrentar las llamas durante tres largos días (en jornadas que comenzaban a las 5:00 de la mañana y terminaban a altas horas de la noche) junto a vecinos de fincas cercanas que, de ahí en más, se convertirían en sus nuevos amigos y compañeros de equipo, pues el agroturismo y sus bondades han conquistado a los habitantes de este territorio.
“Llegué con la ilusión de fundar un proyecto familiar y aprovechar la reserva natural que nos rodea. Como joven de la ciudad, llegué para transmitir a mis padres y vecinos que hay que pasar la página de la ganadería, pues no es una alternativa muy beneficiosa para este territorio”, afirma.
El resurgir de la vida
Aunque hace unos meses el paisaje en la finca Cheyenne era triste y melancólico, hoy la zona tiene una nueva vida.
En primer lugar, la misma madre naturaleza le echó una mano a Diego Duque, pues la regeneración natural de la capa vegetal quemada ha sido más que óptima. Así mismo, él ha dedicado innumerables jornadas a plantar vegetación endémica, como lo son árboles frutales amazónicos y otros árboles propios del bosque que la rodea.
A la par, Diego siembra allí esperanza y amor, dado que su gran ilusión es construir un ecolodge (hostal sostenible), donde se vivan experiencias en el corazón de la naturaleza; y nunca mejor dicho, dado que la finca Cheyenne está ubicada en cercanías a los pozos naturales de San José del Guaviare: unas piscinas multicolor talladas por las rocas durante siglos, cuyos minerales y vegetación dotan a estas aguas de visos dorados, rojizos y negros. Entre estas se destacan Charco Indio y Charco Largo.
“Mi sueño es que la finca Cheyenne sea la sede de un proyecto agroturístico, donde los visitantes puedan transitar senderos ecológicos que cruzan un paraíso en la tierra, como lo es la Serranía de La Lindosa, un lugar mágico en medio de un Escudo Guayanés (formaciones de rocas que conforman la serranía, en una zona de bosques vírgenes y tropicales) que cuenta con atractivos turísticos tan irrepetibles como pinturas rupestres”, narra Duque.
Que otros también lo disfruten
Con el anhelo de crear un proyecto de turismo no masivo, Duque también quiere que las personas de la ciudad convivan con este espacio, que no suele figurar en las guías turísticas. De igual manera, este guaviarense se ha propuesto conectar a más personas con la Amazonía colombiana y, de esta forma, generar conciencia tanto en locales como visitantes sobre la importancia de preservar las riquezas naturales allí localizadas, contribuir activamente en su protección y compartirlas ante los ojos del mundo.
“Cuando era niño, me acostaba en la noche a ver la lluvia de estrellas, un fenómeno que ocurre todos los días. Así como yo viví estas experiencias en mi infancia, quiero que todos las experimenten también y enseñarles un poco de las raíces y la esencia de la Amazonía. Somos naturaleza pura y maravillosa”, declara Duque.
La comunidad apuesta por el agroturismo
Por medio de esta iniciativa, Diego y sus padres están dándole un uso responsable a las 180 hectáreas que componen la finca Cheyenne: de un lado, son un ejemplo en su comunidad de que la ganadería o los policultivos (y sus implicaciones, como la deforestación) no son la única forma de ser productivos; así mismo, aportan su grano de arena en la conservación de la exuberante naturaleza de la Amazonía colombiana.
“Esto ha sido un proceso largo, en el cual yo he aprendido mucho. He estudiado sobre turismo, sobre el territorio, sobre negocios verdes e incluso hice un diplomado en la materia. La idea es tomar las mejores decisiones para sacar adelante el proyecto e invitar a nuestros vecinos a que se sumen al agroturismo”, acota Diego Duque.
Lo que está germinando en la finca Cheyenne sirve de inspiración para toda la comunidad en La Lindosa; Diego narra que muchos vecinos, cansados de los efectos de las quemas intencionadas y la deforestación, han decidido apostarle al agroturismo.
Como resultado del trabajo comunitario y la unión de esfuerzos, Duque y su comunidad fundaron la Asociación de Prestadores Turísticos de La Lindosa, integrada por más de una decena de asociados.
“Empecé diciéndole a un vecino que tenía una finca muy bonita y que debía considerar permitirles a otras personas conocerla. Al hombre le sonó tanto la idea que hoy es el presidente del Consejo Consultivo del Turismo del Guaviare”, cuenta con orgullo Duque, quien hoy se desempeña como vicepresidente de la Asociación de Prestadores Turísticos de La Lindosa.
De esta forma, muchos de los habitantes de la zona están alejándose del negocio de la ganadería; en vez de traer más y más vacas, están plantando árboles que hagan del turismo en La Lindosa una experiencia inolvidable en medio de la naturaleza profunda.
“San José del Guaviare es un paraíso de todos, yo soy solo un administrador de un pedazo de ese paraíso que quiere verlo florecer, a través de proyectos que aportan a la conservación de sus recursos naturales. Por simple ignorancia, los colombianos no sabemos lo que estamos dañando con la deforestación o las quemas”, puntualiza Duque.
Visión Amazonía, programa del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible que busca reducir la deforestación en la Amazonía y que promueve un modelo de desarrollo forestal amigable con el medio ambiente, apoya el turismo de naturaleza para que fincas como las de Diego sean protegidas.