Noticia publicada por Visión Amazonía.
Una de las necesidades más urgentes del planeta en general y de Colombia en particular es combatir la deforestación y asegurar la conservación de la superficie de bosque. Hasta hace algunos años, no era posible contar con información frecuente y confiable que permitiera monitorear los bosques y la deforestación en el país para la toma decisiones adecuadas.
Eso cambió con la creación y puesta en marcha del Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono en el IDEAM, que significó una transformación radical para monitorear los bosques y contribuir al control de la deforestación.
“El país se embarcó hace más de 10 años en este proceso, que ha permitido contar con datos exactos continuamente para focalizar mejor los esfuerzos. Es, indudablemente, una herramienta sine qua non para combatir la deforestación, porque de otro modo solo se trabajaría sobre elucubraciones”, afirma José Yunis Mebarak, coordinador general del programa Visión Amazonía.
Herramientas como ésta han sido fundamentales para reducir la deforestación. De hecho, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) e instituciones académicas como la Universidad de Maryland aseguran que, si bien este fenómeno no se ha erradicado, se está presentando a un menor ritmo.
Esto es muy importante en el caso colombiano, incluso desde el punto de vista global, pues los bosques del país, si bien solo representan el 1,5 % del total mundial, albergan alrededor del 10 % de la diversidad de todo el planeta.
¿Cómo funciona?
El actual Plan Nacional de Desarrollo (2018-2022) incluye una estrategia de control de la deforestación basada en tres componentes: i) legalidad, ii) emprendimiento social y económico y ii) monitoreo permanente, que es transversal a los dos primeros y clave para medir su efectividad, el cual le ha sido encargado al IDEAM como principal autoridad forestal nacional.
Este monitoreo permanente le permite al país contar con información permanente y detallada de la dinámica de los bosques y la biodiversidad, gestionar dicha información para acciones en el territorio y contabilizar las reducciones de emisiones y remociones de gases de efecto invernadero (GEI). Esto último es esencial, pues en un país como Colombia es muy alta la relación entre deforestación y emisiones de GEI; por ende, un mayor control de la deforestación implica ayudar al planeta a mitigar los efectos negativos del cambio climático.
En este contexto es muy importante resaltar que el Sistema de Monitoreo, genera información de alta calidad, que permite confiar en sus datos, es así que desde el año 2014 este sistema está certificado para generar información oficial por el DANE, y también ha sido sujeto de revisión por pares a nivel internacional. De igual forma, tiene un marco legal en Colombia que estableció en el Decreto 1655 de 2017.
¿Cómo funciona? ¿Para qué sirve?
El Sistema de Monitoreo se basa en el procesamiento digital de imágenes de satélite que le permiten monitorear continua y permanentemente todo el territorio colombiano, pero con énfasis específico para las áreas de bosque natural, que representan el 52,5 % del territorio colombiano. Para esto, se sigue un estricto protocolo metodológico, el cual retoma la definición oficial de bosque establecida por el Ministerio de Ambiente para paso a paso identificar la superficie deforestada en el país. El equipo de profesionales del SMByC ha generado algoritmos propios para preparar las imágenes de satélite (Cloudmasking, StackComposed, ActiveFires), y para procesarlas y analizarlas (ThRasE, PCA4CD y AcATAma).
Todos estos algoritmos son de libre acceso y desde su publicación han sido descargados más de 70 mil veces por investigadores de todo el planeta. La implementación de este esquema metodológico ha permitido la publicación de más de 25 artículos en revistas científicas indexadas.
Los datos generados por el Sistema de Monitoreo permiten saber, por ejemplo, que para el cierre del año 2019 Colombia tiene cerca de 59,8 millones de hectáreas de bosque natural: 66% en la Amazonía, 19% en la zona Andina, 9% en el Pacífico, 3% en el Caribe y 3% en la Orinoquía.
Así mismo, los datos han permitido conocer cómo se comporta la deforestación en el país, que en el 2017 fue de más de 219.552 hectáreas; en el 2018, de más de 197.159 ha, y en el 2019, de más de 158.894 ha. Sin embargo, si bien esta tendencia se aprecia regionalmente en la zona Andina, la Orinoquía y la Amazonía, no sucede igual en el Caribe y el Pacífico, donde se han registrado aumentos en los niveles de deforestación.
Algo más que permite el Sistema de Monitoreo es identificar las causas de la deforestación en el país, identificándose que las principales son la praderización, los cultivos de uso ilícito, las malas prácticas de ganadería extensiva, la extracción ilegal de minerales, la infraestructura de transporte no planificada, la ampliación de fronteras agrícolas en áreas no permitidas y la tala ilegal.
“En síntesis, con el Sistema de Monitoreo se puede saber cuánto, cuándo y dónde sucede la deforestación, lo que ayuda a tomar mejores decisiones en los distintos niveles territoriales, desde el local hasta el nacional. No en vano, diferentes verificaciones internacionales garantizan que esta herramienta sigue las mejores prácticas”, explica Edersson Cabrera, líder del pilar Condiciones Habilitantes del programa Visión Amazonía.
Igualmente, es importante destacar que la información arrojada es clave para la implementación del programa Visión Amazonía, pues los reportes periódicos permiten determinar si las inversiones son efectivas para controlar la deforestación, y si se están cumpliendo los acuerdos de conservación de bosques establecidos con los campesinos para la entrega de incentivos. Pero no solo eso: toda la información permite guiar el proceso de implementación del programa Visión Amazonía y de sus distintos componentes, como el forestal, el agroambiental, el indígena, entre otros.
Por supuesto, aún queda camino por recorrer, pero el Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono es, indudablemente, una herramienta que ya está contribuyendo en gran medida a combatir el fenómeno de la deforestación en Colombia y, desde luego, en la Amazonía, que es la zona del país con mayor cantidad de hectáreas de bosque natural.