Noticia publicada por Visión Amazonía.
Desde tiempos inmemoriales, las mujeres indígenas de la Amazonía colombiana han sido las guardianas del conocimiento ancestral. Una sabiduría cuyo mensaje al mundo es claro: la armonía entre el hombre y su entorno sí es posible.
Este legado vive en las chagras, esos pequeños pero poderosos espacios de cultivo donde la tierra no solo ofrece alimento, sino que también se convierte en un libro abierto de tradiciones y aprendizajes. Allí, cada árbol sembrado, cada planta cuidada, cada semilla germinada, representa la transmisión de siglos de sabiduría.
El establecimiento de una chagra es un proceso cuidadoso que es liderado por las mujeres, custodias del conocimiento y la propiedad de las semillas. En las chagras se teje un puente generacional para transmitir conocimientos ancestrales que forman parte la identidad de estos pueblos, su cultura y su pervivencia.
El Pilar Indígena del programa REM Visión Amazonía (PIVA) ha reconocido esta conexión profunda entre las mujeres indígenas y la tierra. A través de iniciativas como ‘Cuidadoras de la Amazonía’, el protagonismo de las mujeres ha florecido. En la primera fase de REM Visión Amazonía, estas lideresas implementaron 69 proyectos enfocados en la conservación de las chagras, la soberanía alimentaria y la transmisión de saberes a las nuevas generaciones.
Ana Díaz Rodríguez, bióloga y punto focal del PIVA del programa REM Visión Amazonía resalta la importancia de las chagras y su papel dentro de la vida indígena: “La chagra, junto con la maloca, son elementos esenciales para el mantenimiento de las tradiciones indígenas. Mientras que en la maloca se ordena el territorio, en la chagra se fortalece el conocimiento ancestral”, explica.
En estas tierras diversas, donde se cultivan plantas alimenticias, medicinales y materiales de construcción, las mujeres han sabido cómo mantener el equilibrio con la naturaleza, asegurando que sus familias y comunidades sigan prosperando.
“El rol de las mujeres indígenas ha sido clave no solo en la conservación de los recursos naturales, sino en la gobernanza ambiental dentro de sus territorios”, destaca la bióloga.
Mujeres: guardianas, lideresas y protagonistas
A través del Programa Visión Amazonia, más de 1.000 hectáreas de chagras han sido restauradas o implementadas, beneficiando directamente a 156 resguardos indígenas. Además de conservar la biodiversidad y asegurar la soberanía alimentaria, estos proyectos han permitido que las mujeres se reconozcan como líderes dentro de sus comunidades.
Sus voces se han fortalecido, participando activamente en la formulación de planes de vida, en la toma de decisiones sobre el manejo de sus territorios y en la creación de acuerdos ambientales que buscan garantizar la sostenibilidad de sus tierras. Este enfoque no solo respalda la lucha contra la deforestación, sino que también fortalece los sistemas tradicionales de conocimiento.
El impacto no se limita solo a las comunidades. A nivel nacional, la labor de estas mujeres ha resonado en los planes de desarrollo municipal y departamental, integrando la conservación de las chagras en las políticas públicas.
“Lo que logramos es articular estos conocimientos y saberes tradicionales con los planes de desarrollo territoriales, lo que amplifica su alcance y asegura su continuidad”, añade Díaz Rodríguez.
Por más cuidadoras de la Amazonía
La iniciativa ‘Cuidadoras de la Amazonía’ es un ejemplo claro de cómo el PIVA ha logrado canalizar esfuerzos hacia la protección del territorio y la cultura indígena.
En el municipio de Solano, Caquetá, las mujeres han utilizado las chagras como herramienta de empoderamiento social y territorial, demostrando que su liderazgo es fundamental para la preservación de los bosques amazónicos.
Con cada nueva generación, se asegura que el conocimiento ancestral no se pierda, sino que florezca en las manos de niñas, niños y jóvenes que continúan aprendiendo de sus mayores.
Además, el Pilar Indígena ha impulsado proyectos para diversificar el uso de las chagras, incluyendo la plantación de especies de uso artesanal y medicinal, y el procesamiento de productos como el aceite de moriche. Estas iniciativas no solo aseguran la sostenibilidad económica de las comunidades, sino que también reafirman la importancia de mantener un vínculo estrecho con la tierra.
Un hogar para la ancestralidad
Con una inversión que supera los $50.000 millones, el Pilar Indígena del programa REM Visión Amazonía ha contribuido en la transmisión de sabiduría ancestral en la Amazonía colombiana.
A la fecha, se han fortalecido 363 comunidades indígenas, revitalizado 87 sistemas agrícolas tradicionales y promovido 41 iniciativas de educación y fortalecimiento cultural.
Las mujeres, a través de su trabajo incansable en las chagras, han sido el corazón de estos logros, demostrando que sus conocimientos y su liderazgo son esenciales para la conservación del bioma amazónico.
Con cada chagra que renace en las manos de estas mujeres, también lo hace la promesa de un futuro sin deforestación ni degradación del bosque.
Cifras Clave del PIVA
- 156 resguardos indígenas y 64 pueblos del bioma amazónico beneficiados.
- 69 proyectos implementados por mujeres indígenas bajo la iniciativa ‘Cuidadoras de la Amazonía’.
- 000 hectáreas de chagras restauradas o implementadas.
- Mas de $50.000 millones
- 87 sistemas agrícolas tradicionales
- 33 acuerdos ambientales generados en los territorios indígenas.
- 363 comunidades y organizaciones indígenas fortalecidas.
- 41 iniciativas culturales y de revitalización de saberes tradicionales, incluidas formaciones en lengua y medicina tradicional.