Por: Programa Pequeñas Donaciones del Gef (PPD Colombia)
Noticia publicada por Visión Amazonía.
Desde el 30 de noviembre hasta el 2 de diciembre, delegadas de quince proyectos de la convocatoria Cuidadoras de la Amazonía, en el Departamento del Putumayo, participaron en un encuentro destinado a socializar el avance de sus iniciativas y compartir los desafíos que enfrentan. Cada organización comunitaria o grupo de mujeres indígenas envió a dos representantes encargadas de divulgar y reflexionar sobre sus experiencias, junto con el equipo del PPD, Tropenbos y Visión Amazonía.
En grupos de trabajo se reflexionó sobre la transmisión de conocimientos, el manejo de las chagras, las iniciativas de conservación y reforestación, la generación de ingresos y el manejo administrativo de los proyectos. Este análisis ayuda al crecimiento de las organizaciones, a generar conclusiones y construir propuestas de acción y a dar visibilidad al papel de la mujer en el cuidado del territorio, sus conocimientos y prácticas tradicionales, y a fortalecer su participación y liderazgo en los sistemas de gobierno propio.
Emprendimientos y Generación de ingresos
La mayoría de las organizaciones en el Putumayo enfocaron sus proyectos en el fortalecimiento de las chagras y los sistemas de alimentación propia, la conservación de áreas y la restauración de zonas degradadas, más que al impulso directo de emprendimientos y alternativas de generación de ingresos en el corto plazo. Sin embargo, la discusión evidenció que las mujeres si están pensando en iniciativas para la generación de ingresos, y los proyectos han aportado de diversas maneras a este propósito.
El fortalecimiento de las chagras busca recuperar la diversidad de variedades y especies alimenticias, asegurar la presencia de plantas medicinales y el conocimiento asociado al manejo tradicional de las mismas. Así, más que orientadas a la producción y venta de excedentes, las chagras buscan la soberanía alimentaria. Pero en la discusión se resaltó el ahorro de plata que representa para ellas y sus familias contar con alimentos suficientes y diversos, y no tener que conseguir recursos económicos para comprar estos productos en el mercado. En cuanto a las plantas medicinales que manejan en las chagras, y que están también estableciendo en huertas caseras, la mayoría de las mujeres las usan constantemente para el autocuidado y el manejo de enfermedades, y además las consideran como una fuente de ingresos pues venden las plantas o las usan como materia prima para algunos productos transformados (pomadas, fluidos, productos cosméticos como jabones, shampoo, entre otros).
Por su parte los proyectos que contemplan acciones de restauración ecológica buscan en su mayoría la protección de fuentes hídricas y la recuperación de áreas que han sido degradadas; sin embargo, se resalta también la proyección que tienen las mujeres y comunidades de hacer un aprovechamiento en el mediano y largo plazo de las especies sembradas, en periodos que oscilan entre los cinco y veinte años, según la especie. Hay siembra de especies maderables, aunque la mayoría son árboles frutales, incluyendo el acaí, arazá, copoazú, y la palma milpesos, o semillas y plantas que son empleadas para la producción de artesanías. Es decir, las acciones de restauración tienen además de un propósito de conservación, una visión de uso sostenible y generación de ingresos a futuro.
Los proyectos han facilitado que las organizaciones y grupos de mujeres vayan pensando y avanzando en algunas actividades necesarias para la generación de ingresos y la estructuración de pequeños negocios, Como dijo una de las participantes en la discusión, “emprender es aprender a generar ingresos”. También se han identificado varios de los retos que enfrentan.
Respecto de los retos, la consideración más significativa es la necesidad de que haya unos precios justos, sobretodo en los productos de la chagra, que consideren el trabajo y los gastos en que incurren las mujeres. Hubo comentarios sobre lo costoso que es salir a vender a los pueblos, y lo reducido de las ganancias. La conclusión en muchos casos es la preferencia hacia el mercado local, sea en la comunidad o incluso más cerca. Los costos del transporte y las dificultades impuestas por las vías de acceso fueron otros de los retos mencionados. También se tuvo en cuenta la situación de seguridad y los cultivos ilícitos, que impiden la consolidación de los negocios y contar con una fuerza laboral constante, ya que la mayoría de la gente prefiere trabajos donde el pago es más alto. Esta es una tendencia más fuerte en el Putumayo que en otros departamentos.
Se requiere también un mayor esfuerzo y organización para los procesos de producción y transformación, manejo pos-cosecha y la comercialización, al igual que en la distribución de los beneficios y recursos que generan los negocios, ya que se espera que aumenten los ingresos de las mujeres y sus familias, pero también que estos recursos fortalezcan el proceso asociativo. Un ejemplo es el Resguardo Inga de Albania, donde se estableció una chagra colectiva, complementaria a las individuales, la cual busca generar recursos para fortalecer el proceso organizativo y de empoderamiento de las mujeres.
Transmisión de conocimientos
Las comunidades reconocen que el conocimiento permite mantener viva la cultura del territorio, proteger su herencia y mantener la identidad indígena. Aunque la comprensión de estos principios pueda parecer compleja, en el Putumayo entienden que hay principios para orientar el buen vivir, e incluyen el cuido del medio ambiente, el empleo de periodos para el descanso de la tierra y el sostenimiento de la selva. Ésta es reconocida como el origen de la vida citadina y campesina, donde se descubren prácticas elementales de la vida humana como la medicina y el arte.
Para estas mujeres el bosque es fuente de una vida más espiritual y tranquila, por ende debe ser mantenido en equilibrio, y son los indígenas quienes deben mostrarle a la gente blanca cómo se hace. Por ejemplo, el yagé es considerado como orientador, consejero, corrector y maestro. Los indígenas también entienden que es necesario proteger sus derechos activamente, pues pueden serles arrebatados.
En la juventud hay resistencia a aceptar su identidad por la discriminación. El desprecio por lo indígena desde algunas esferas de la sociedad se refleja en vergüenza de hablar la lengua. Pero otros factores como el mestizaje, el desplazamiento forzado y la ausencia de educación bilingüe incrementan la desconexión con las raíces. Hay otras posibilidades de generar apego por la identidad, con grupos de danza y actividades culturales que resultan atractivas. La integración a la guardia indígena también parece atractiva para los jóvenes, aunque hay quienes no están de acuerdo porque el rol está relacionado con la violencia.
Administración y manejo de proyectos
Entre los aprendizajes de este aspecto estuvo la realización de informes, el reconocimiento del proceso administrativo y el formato apropiado para cada ocasión y el desarrollo de recibos de caja, cuentas de cobro, términos de referencia, cotizaciones con proveedores inscritos y facturas electrónicas. Algunas organizaciones ya se están guiando con los manuales de Cuidadoras, sin embargo, mucha de la carga administrativa recae en los asesores contables de las organizaciones, y manifiestan que no están acostumbrados a recibir conocimientos a través de la palabra escrita, pero de forma oral.
Las mujeres no se relacionan con lo administrativo en su totalidad sino con solo una parte, sin embargo, hay cierta armonización entre los comités de compras y la parte técnica para rendir cuentas. También se enfrentaron con el rechazo a la solicitud de cédulas a proveedores y empleados, que genera desconfianza y perturba los registros de la organización, y el desarrollo de cotizaciones, que los proveedores no entregan sin una garantía de compra de su producto. La informalidad del entorno también se refleja en la emisión de recibos de talonario y la contratación directa. Otras dificultades que enfrentaron fue la escasez de productos y el alza de precios por la pandemia y los paros, lo que llevó a modificar los presupuestos para reflejar el incremento de los valores.
Chagras, huertas y reforestación
La presencia de grupos armados se ha configurado como uno de los mayores obstáculos para el progreso de estas iniciativas. Las comunidades no están tranquilas en su territorio por la violencia, pero también por la presencia de minas antipersona que atentan contra gente de todas las edades. Además, los grupos armados protegen y extienden su territorio, impidiendo que campesinos e indígenas siembren plantas tradicionales en pro de los cultivos ilícitos.
Otro obstáculo importante es la falta de apoyo desde la comunidad. No todos los integrantes actúan de manera conjunta, algunos no asisten a reuniones y cuando hay inconvenientes si presentan reclamos. El machismo también cobra gran importancia en este contexto, pues la creencia de que las mujeres deben estar en el hogar y la falta de respaldo dificultan que éstas le dediquen tiempo a otras iniciativas diferentes a la chagra o al hogar. Además, los hombres aún no han descubierto que pueden ocuparse del cuidado del hogar, cuidando niños y en los quehaceres.
El cambio climático también representa un riesgo significativo, pues las inundaciones ponen en riesgo el trabajo agrícola, y las extensiones de tierra se ven limitadas (a veces reducidas) por las crecientes de los ríos. La presencia de entidades dedicadas a la explotación minera también deja una tierra destruida.
Las mujeres determinaron una serie de acciones para el sostenimiento de sus proyectos. Para dedicar el tiempo necesario a sus proyectos, se han comprometido a organizar las labores del hogar y sus responsabilidades económicas entre hombres y mujeres. Por ende, el empoderamiento femenino será un pilar de las acciones de aquí en adelante, fortaleciendo el espíritu independiente de la mujer. En lo operativo, las lideresas deberán insistir en la gestión de recursos por parte de entidades públicas y privadas, así como en la consecución de semillas para diversificar cultivos y así mejorar la alimentación de sus pueblos.
Gobernanza
Ha habido un despertar de las mujeres en la construcción de la agenda propia de trabajo, alrededor de la seguridad alimentaria, la reforestación, la medicina y la salud infantil. Ellas ahora se sienten con la autoridad de hablar y participar, y los hombres han tenido que reconocer su conocimiento en el manejo de proyectos. El grupo de mujeres reconoce la necesidad de profundizar la formación alrededor de la violencia de género, intrafamiliar y otros temas donde se desconoce la normatividad que puede proteger a las mujeres indígenas.
Uno de los obstáculos más fuertes es la persistencia de la discriminación, particularmente hacia las mujeres mayores que no manejan el español, y esto proviene también de las mujeres en posiciones de gobierno. Por otro lado, las mujeres que encabezan las organizaciones son reconocidas por su responsabilidad y por su capacidad de hacer uso eficiente de los recursos, pero necesitan formación administrativa, financiera, en temas de gobierno propio y derechos de la mujer.
La formación en tecnologías es requerida para optimizar el uso de computador, celular y cámaras, aunque no se parte desde cero, pues durante la pandemia el uso del celular fue elemental para los proyectos que se llevaron a cabo. Además, las mujeres contaron con el respaldo de las jóvenes de la comunidad en este tema.
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Cuidadoras de la Amazonía involucra a cerca de 2500 mujeres indígenas en seis departamentos de la Amazonía, en el marco de una alianza entre el Programa Pequeñas Donaciones (PPD) del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM o GEF por sus siglas en inglés), implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y el Programa REM Visión Amazonía.